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Promesa de Daniela Celis para la recuperación de Thiago Medina

SCaldia
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La vida puede cambiar en un instante, y a veces nos encontramos en la necesidad de aferrarnos a la fe y la esperanza. Este es el caso de Daniela Celis, una figura pública que ha compartido su dolorosa experiencia tras un accidente que afectó profundamente su vida y la de su familia. La historia de amor y lucha que rodea la recuperación de Thiago Medina, es un testimonio emotivo de la resiliencia humana.

La reciente aparición de Daniela Celis en el programa LAM (América TV) ha conmocionado a muchos. En esta ocasión, ella y Thiago Medina hablaron abiertamente sobre su proceso de recuperación después del trágico accidente que él sufrió en septiembre. Este relato no solo refleja un desafío personal, sino también el poder de la fe y el amor en momentos de crisis.

La promesa de Daniela y su conexión con la fe

Durante una conversación emotiva en el programa, la conductora Nazarena Vélez le preguntó a Daniela si había hecho alguna promesa debido a su fuerte creencia. Con lágrimas en los ojos, Daniela compartió que desde el primer día del accidente, el 12 de septiembre, se dirigió a la Basílica de Luján para pedir por la vida de Thiago. Ella recordó: «Pedí por favor que viva, que no me deje sin un padre para mis hijas.»

La fe se convirtió en un pilar fundamental para Daniela en esos momentos. Ella expresó que la Basílica era su refugio, el lugar donde podía encontrar paz y esperanza. Sus visitas eran constantes:

  • Iba a rezar cada dos días.
  • Escribía en un librito en la Basílica, implorando por la recuperación de Thiago.
  • Prometió peregrinar hasta Luján.

La promesa de peregrinar fue cumplida con un fervor que sorprendió a muchos. «Del hospital salí a peregrinar, llegué a la noche y al día siguiente lo pasaron a sala», compartió Daniela, reflejando la intensidad de su compromiso.

Detalles de la internación de Thiago Medina

Thiago Medina atravesó una experiencia crítica, permaneciendo internado durante 28 días en el Hospital Mariano y Luciano de la Vega en Moreno. Su accidente en moto, que ocurrió cuando colisionó con un automóvil, lo llevó a una situación extremadamente delicada.

Durante su internación, Thiago estuvo en coma inducido durante 21 días, un periodo que Daniela describió como aterrador. «Nunca en mi vida sentí tanto miedo», confesó. Este tiempo en coma significó que su cuerpo estaba presente, pero su conciencia estaba ausente. Sin embargo, la esperanza nunca se desvaneció.

La recuperación de Thiago fue gradual. Los primeros días fueron críticos, y Daniela relató cómo la situación fluctuaba:

  • Las primeras 24 horas fueron estables.
  • En las siguientes 48 horas, mostró signos de mejoría.
  • El tercer día fue difícil, pero luego comenzaron a llegar buenas noticias.

Una de las primeras cirugías a las que fue sometido fue compleja, ya que el accidente afectó varios órganos vitales. «Le había explotado el bazo, se le explotió entero», explicó Daniela, añadiendo que hubo intervenciones en otros órganos como el hígado, páncreas y riñones.

Momentos de angustia y esperanza

Uno de los momentos más esperados por Daniela fue cuando vio a Thiago consciente por primera vez tras el coma. Ella narra con emoción: «Venía de días de evolución y un día me dicen: ‘Hoy está despierto’». La recuperación de Thiago no solo fue un alivio personal, sino también un momento de gran alegría para sus hijas, Laia y Aimé, quienes habían estado esperando su regreso.

Durante este periodo, el apoyo de amigos cercanos fue fundamental. Daniela compartió que sus amigos se turnaban para acompañarla y ayudarla con las responsabilidades cotidianas. El apoyo emocional fue crucial:

  • Un amigo la ayudaba una vez a la semana.
  • Juli Poggio, un amigo especial, la apoyaba los domingos.
  • La comunidad se unió para brindarle apoyo.

La importancia de la espiritualidad en la recuperación

La fe no solo fue un refugio para Daniela, sino que también se convirtió en un motor de esperanza. «La fe mueve montañas y realmente pasó porque hoy está bien», enfatizó, subrayando cómo la espiritualidad desempeñó un papel crucial en su vida durante estos momentos tan complicados.

La experiencia de Daniela y Thiago resuena con muchos que han atravesado situaciones similares, donde el amor, la fe y la comunidad son elementos vitales para enfrentar adversidades. La historia de su promesa y su viaje hacia la recuperación es un testimonio poderoso de la capacidad humana para superar el dolor y encontrar esperanza en los lugares más inesperados.

En un mundo donde los desafíos parecen abrumadores, la historia de Daniela y Thiago recuerda que nunca estamos solos y que a veces, la fe y el amor son las fuerzas más poderosas que podemos tener.

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