La pobreza y la indigencia son temas de gran relevancia en la agenda social y económica de Argentina. Recientemente, tanto las autoridades locales como provinciales han cuestionado las estadísticas oficiales sobre estos índices, sugiriendo que la realidad que se vive en las calles es muy diferente a la que presentan los datos. Este artículo explora las diferentes perspectivas sobre la pobreza en Santa Fe, el impacto de las políticas sociales y las estadísticas oficiales.
La postura del gobierno de Santa Fe
El gobierno de la provincia de Santa Fe ha manifestado su desacuerdo con las cifras de pobreza e indigencia publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La ministra de Igualdad y Desarrollo Humano, Victoria Tejeda, ha enfatizado que la situación real en las comunidades contrasta fuertemente con los datos oficiales. Tejeda argumenta que la creciente demanda de asistencia social es una evidencia palpable de que la pobreza no ha disminuido como se indica en las estadísticas.
Según Tejeda, la demanda de ayuda social ha crecido significativamente, en especial entre las personas mayores. Esto se traduce en una mayor solicitud de asistencia alimentaria y apoyo para gastos esenciales, como medicamentos y alquileres. Este fenómeno se observa no solo en la capital provincial, Santa Fe, sino también en la ciudad de Rosario, donde cada vez más personas acuden a instituciones locales en busca de ayuda.
La realidad en las calles
Al hablar de la realidad cotidiana, Tejeda destaca que muchos hogares que antes no necesitaban ayuda han comenzado a solicitar asistencia. Este cambio en la dinámica social se refleja en varios indicadores:
- Incremento en la demanda de alimentos básicos y programas de nutrición.
- Mayor solicitud de medicamentos, especialmente para viajes relacionados con tratamientos de salud.
- Aumento en las solicitudes de apoyo para el pago de alquileres, especialmente por parte de ancianos.
La ministra también señaló que los clubes de jubilados, que solían pedir apoyo para actividades recreativas, ahora requieren asistencia para ofrecer alimentos a sus miembros. Este cambio revela una realidad en la que la seguridad alimentaria se ha vuelto una prioridad ante la crisis económica.
Los datos oficiales y su contraste
Recientemente, el Indec informó que la pobreza en Argentina se situó en un 31,6% durante el primer semestre de 2025, lo que representa una disminución notable en comparación con el año anterior. Sin embargo, este dato ha sido objeto de controversia y es visto con escepticismo por varios sectores de la sociedad, incluyendo funcionarios provinciales.
Para brindar un contexto más amplio, aquí están algunos de los datos proporcionados por el Indec:
- Pobreza en el Gran Rosario: 28,1% de las personas y 21,7% de los hogares.
- Indigencia: 6,9%, en comparación con el 18,1% del año anterior.
A pesar de la aparente mejora, el Observatorio de la Deuda Social Argentina ha señalado que estas cifras podrían estar sobrerrepresentadas. Argumentan que la medición de ingresos puede ser engañosa en contextos de alta volatilidad económica. Así, aunque la caída de la pobreza es real, su magnitud puede no reflejar la profunda crisis que enfrentan muchos hogares.
Factores que influyen en las estadísticas
Existen múltiples factores que podrían estar influyendo en la discrepancia entre las percepciones locales y las estadísticas oficiales:
- Macroeconomía: La estabilización económica y la desaceleración de la inflación pueden dar una falsa impresión de mejora.
- Costo de vida: El aumento en los precios de los alimentos y servicios básicos no siempre se refleja en los ingresos reportados.
- Redes de apoyo: Las organizaciones sociales y comunitarias han jugado un papel crucial, pero la necesidad supera la capacidad de respuesta.
El futuro de las políticas sociales en Santa Fe
Ante este panorama, el gobierno provincial ha decidido aumentar significativamente su inversión en seguridad alimentaria. Desde diciembre de 2023, la inversión ha pasado de 1.000 millones a 3.700 millones mensuales. Este aumento busca atender a las crecientes necesidades de la población y asegurar que más personas tengan acceso a alimentos y servicios básicos.
Las autoridades locales están comprometidas en mejorar la situación social y económica, pero señalan que se necesita un enfoque más colaborativo que involucre a la comunidad y a las instituciones sociales. La ministra Tejeda ha invitado a los responsables de las políticas a salir a la calle, visitar los barrios y reunirse con las organizaciones para entender la realidad de primera mano.
Conclusiones sobre la medición de la pobreza
La discrepancia entre las cifras oficiales y la realidad en el terreno plantea preguntas importantes sobre cómo se miden y se interpretan los índices de pobreza e indigencia. La situación actual en Santa Fe refleja una crisis que no puede ser ignorada, y es fundamental que las estadísticas no solo se basen en números, sino también en experiencias y realidades vividas por la población.
En un contexto donde las necesidades aumentan, es crucial que las políticas públicas se ajusten para hacer frente a la realidad actual. Solo así se podrá avanzar hacia una mejora real en la calidad de vida de quienes más lo necesitan.












