Cuando el año se encamina a su cierre, los partidos políticos y actores locales en San Cristóbal ya han empezado a delinear estrategias para las elecciones de 2025. En ese escenario, destaca la renovación de tres bancas en el Concejo Municipal: dos del Partido Justicialista (PJ) –actualmente ocupadas por Lorena Luna y Julio Juárez– y una del Radicalismo, en manos de Edgardo Martino.
En este contexto, la oposición es la que más apura los pasos, consciente de que el cierre de listas se concretará en febrero próximo. Sin embargo, lejos de mostrar unidad, la oposición enfrenta tensiones internas. Así lo dejó entrever el Concejal Maxi López, Secretario General del Partido Socialista y de la Vecinal, en una reciente entrevista en el programa político “Contra Punto”.
López fue claro al declarar su “libertad de acción” respecto al Frente Unidos para Cambiar Santa Fe, la alianza que llevó al gobernador Maximiliano Pullaro al poder. En lugar de fortalecer esta coalición a nivel local, López sugirió la posibilidad de presentar nuevamente una lista propia como partido vecinal. Esto evidencia una marcada distancia con el Radicalismo, que ha expresado públicamente su intención de construir una interna competitiva para consolidar el frente opositor en San Cristóbal.
¿Un juego contradictorio?
Aunque López se referencia a nivel provincial con Pullaro y Clara García, su postura local parece orientada a evitar cualquier tipo de alianza con el Radicalismo. Según López, no se han conformado mesas de diálogo locales ni departamentales para discutir estrategias conjuntas, una crítica que podría interpretarse como un mensaje directo hacia Michlig.
Sin embargo, estas decisiones plantean una pregunta clave: ¿a quién beneficia esta división? La estrategia de López, que prioriza el “vecinalismo”, parece debilitar al Frente Unidos, favoreciendo indirectamente al oficialismo encabezado por el intendente del PJ Marcelo Andreychuk.
Prueba de ello es el antecedente de las elecciones pasadas, donde la lista Vecinalista liderada por López y Daniela Gallo dividió el voto de la ciudad. Mientras López obtuvo una banca en el Concejo, Gallo fue convocada por Andreychuk para integrar su gabinete como Secretaria de Cultura, un movimiento que muchos interpretaron como un acuerdo implícito entre la Vecinal y el Partido Justicialista.
Entre la conveniencia y la funcionalidad
Las acciones de López han generado cuestionamientos, reforzando la percepción de que el Socialismo local y la Vecinal, operan más como un aliado estratégico del PJ que como un actor independiente y opositor genuino.
Esta actitud de “doble juego” despierta interrogantes. ¿Se puede estar bien con Dios y con el diablo sin pagar un precio político? A nivel provincial, López sigue alineado con Pullaro y Clara García, pero en San Cristóbal parece actuar según su conveniencia, ignorando los lineamientos del frente.
Una apuesta de alto riesgo
La experiencia enseña que en política las decisiones tienen consecuencias, y mantenerse en una postura ambigua puede pasar factura. Si López persiste en su disfraz vecinalista, deberá asumir los costos de sus acuerdos implícitos con el PJ y explicar ante la ciudadanía las razones detrás de sus acciones.
Con un panorama local fragmentado entre Radicales, Peronistas, Socialistas vecinales y Libertarios, el 2024 promete ser un año clave para las definiciones políticas. Mientras los políticos se enfrentan en un terreno cada vez más complejo, los ciudadanos observan con expectativa un escenario que combina tensión, estrategias cruzadas y el inevitable juego de roscas propias de la época.