Este sábado después del mediodía se realizó una requisa sorpresiva en pabellones de la Unidad Penitenciaria nº 11 de Piñero, que estuvo a cargo de los Grupos Tácticos Especiales. Las tareas se concentraron en los pabellones 7 y 9 y del 25 al 29, y en la oportunidad se secuestraron elementos cortopunzantes, celulares y chips que fueron puestos a disposición de la Justicia para su peritaje.
Estos operativos se realizan de manera aleatoria en todas las unidades, sin horarios ni días definidos. El objetivo es ajustar el control formando un segundo anillo de inspección sobre los presos considerados de alto perfil. Estos son aquellos internos que están sospechados o sindicados de ordenar delitos desde las cárceles.
Desde que inició la actual gestión, se sacaron 1200 presos de comisarías y se alojaron en el Servicio Penitenciario, se reacomodaron a los reclusos de alto perfil en pabellones de mayor seguridad y se les restringió la visita.
En algunos casos reciben a sus familiares con un blindex de por medio. Estos movimientos permitieron no solo ajustar los controles, si no también aumentar el personal policial en calle ya que los efectivos que estaban cuidando detenidos en las seccionales, pudieron volver al patrullaje.